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Oceano Artico, Marina Tereshkova, Unsplash

(Noticias ONU Medioambiente) – En el inusualmente caluroso verano de 2016, una bacteria que causa el ántrax mató a más de 2,500 renos en la remota península de Yamal (Siberia), según lo constató un estudio científico

Normalmente encerrado en lo profundo de una capa de tierra permanentemente congelada, o permafrost, el patógeno que alguna vez estuvo inactivo finalmente se reactivó propagándose a los humanos, cobrando a su paso la vida de un niño de 12 años y causando que docenas de otros se enfermaran. 

Algunos investigadores creen que el brote es una señal de lo que está por venir. A medida que el cambio climático calienta rápidamente el Ártico, los científicos dicen que podría desatar una ola de microbios potencialmente mortales que durante siglos han estado atrapados en el hielo. 

Esa amenaza se describe en detalle en Navigating New Horizons, un informe del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Consejo Internacional de Ciencias que explora los desafíos emergentes para la salud planetaria y el bienestar humano. 

«El hecho de que estos microbios estén presentes en el permafrost significa que es difícil decir cuán extendido o peligroso podría ser este problema», afirma Andrea Hinwood, científica jefe del PNUMA. «Pero hay razones para preocuparse». 

El Ártico, que se extiende por 14 millones de kilómetros cuadrados en ocho países, está cubierto por una capa de permafrost espeso, una mezcla congelada de suelo, rocas, hielo y material orgánico. Sin embargo, el Ártico se está calentando cuatro veces más rápido que el resto del mundo, y el deshielo del permafrost podría liberar bacterias y virus antiguos, dicen los expertos.  

Según un estudio publicado en la revista Environmental Sustainability, se estima que cuatro sextillones de microbios (es decir, cuatro con 21 ceros) se liberan anualmente debido al deshielo del permafrost. 

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