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Para hacerte el cuento largo, corto: el megaproyecto Esencia, promovido como un “desarrollo turístico-residencial” en Cabo Rojo, representa una amenaza significativa para el bienestar ambiental y social de la región suroeste de Puerto Rico. Aunque sus proponentes lo presentan como una iniciativa de “desarrollo”, la documentación disponible y los análisis de expertos y expertas indican que, en realidad, se trata de un proyecto de construcción que podría causar daños irreparables a nuestros ecosistemas costeros, desplazar a comunidades locales y agravar la crisis de acceso a la vivienda en la zona.

El barrio Boquerón en Cabo Rojo, donde se propone el megaproyecto Esencia, es un área de gran valor ecológico. Sus ecosistemas costeros y marinos no solo albergan una gran biodiversidad, sino que también brindan servicios esenciales, como la protección natural contra tormentas, la mitigación de inundaciones y la regulación del clima. Existen allí terrenos clasificados por la Junta de Planificación de Puerto Rico como suelos especialmente protegidos debido a su alto valor ecológico, pero los proponentes del megaproyecto intentan destruirlos para hacer con campos de golf, justificando que son ‘áreas verdes’, y construcciones que, según ellos, son de ‘baja intensidad’. Sin embargo, la experiencia nos apunta a que la construcción de Esencia destruirá nuestros recursos naturales, exponiendo aún más la región a los efectos del cambio climático y debilitando su resiliencia ecológica.

El impacto ambiental de Esencia no es la única preocupación. El concepto del megaproyecto en sí está basado en la exclusión. En lugar de responder a la necesidad de vivienda asequible para los residentes de Cabo Rojo y de la región suroeste, Esencia está diseñado para atraer compradores extranjeros de alto poder adquisitivo, ignorando la realidad socioeconómica de la región. Esto inevitablemente impulsará un proceso de gentrificación, encareciendo el costo de vida y poniendo en riesgo la permanencia de las comunidades locales. La verdadera pregunta no es si este “desarrollo” tendrá algún beneficio, sino a quién realmente está dirigido, cuán sostenible será y a qué precio para la población local.

Esencia perpetúa un modelo económico dependiente del turismo de lujo y la especulación inmobiliaria, que ha demostrado ser insostenible a largo plazo. Además, las exorbitantes exenciones contributivas y los incentivos financieros, los cuales representan miles de millones en ingresos fiscales perdidos, impiden que tanto el Municipio de Cabo Rojo como el Gobierno de Puerto Rico puedan fortalecer su situación fiscal y a su vez desarrollar proyectos y programas para realmente impulsar un desarrollo sostenible en la región.

La falta de planificación integral y la ausencia de mecanismos efectivos de participación ciudadana en el diseño de este tipo de proyectos profundiza las desigualdades y limita la capacidad del Municipio de Cabo Rojo y de sus comunidades para decidir sobre el futuro de su territorio. Las vistas públicas para discutir la Declaración de Impacto Ambiental del Proyecto Esencia son un espacio importante donde residentes, organizaciones cívicas y grupos de expertos pueden expresar formalmente sus preocupaciones e inquietudes. Pero eso no será suficiente: detener megaproyectos como Esencia requiere una colaboración multisectorial sostenida y un firme compromiso ciudadano con la defensa del patrimonio natural y cultural que nos pertenece a todas y todos y que intereses privados buscan explotar y privatizar. 

*El autor es profesor en la Escuela Graduada de Planificación de la Universidad de Puerto Rico, Recinto de Río Piedras*