Playa El Convento, Coalición Pro-CEN - Trabajo propio, CC BY-SA 3.0

El presidente de la Cámara de Representantes Carlos ‘Johnny’ Méndez traicionó a sus constituyentes ante un foro entusiasta, durante la convención de la Asociación de Constructores de Puerto Rico, que terminó ayer en el Centro de Convenciones de Puerto Rico a quienes invitó e instruyó, junto a funcionarios electos y designados del Gobierno de Puerto Rico, a tomar acciones legislativas y administrativas que podría destruir la Reserva Natural Corredor Ecológico del Noreste (CEN). 

La Convención Cincuenta y Dos (52) de la Asociación de Constructores terminó hoy, en el Centro de Convenciones de Puerto Rico. Según el portal del gremio patronal de desarrolladores “esta convención de dos días reunirá a una dinámica combinación de líderes del sector, ponentes de primer nivel, expositores de vanguardia y personas responsables de la toma de decisiones de todo Puerto Rico y más allá. Los asistentes tendrán acceso a un amplio programa de presentaciones sobre temas de actualidad y relevancia, mesas redondas interactivas y oportunidades para establecer contactos, diseñadas para fomentar la colaboración y la innovación”

Ayer, revelamos y reseñamos un audio exclusivo de Marea Ecologista que documenta la alocución del vicepresidente del Senado, Carmelo Javier Ríos, ante la Convención en la que exigía aplausos de los desarrolladores el megaproyecto de ultrajo Esencia, que pretenden construir en zonas de alto valor ecológico en Boquerón, Cabo Rojo.

“Creo que, si hay algo que hay que destacar aquí, es el compromiso de esta administración, precisamente demostrado, cuando uno mira las primeras filas aquí y uno ve muchos jefes de agencia. Y jefes de agencia con unas instrucciones claras y precisas de nuestra gobernadora Jennifer González de que hay que promover el desarrollo económico en Puerto Rico”, expresa el presidente de la Cámara de Representantes al comienzo de su alocución, sentando el tono informativo de su mensaje, dirigido a una audiencia, compuesta por la elite política del Partido Nuevo Progresista (PNP), en servicio de los intereses lucrativos de la aristocracia del cemento y la varilla de Puerto Rico, representados por la Asociación de Constructores. 

“La única forma de promover el desarrollo económico en Puerto Rico es que tenemos que dejar de ser complacientes con grupos progresistas o grupos que se oponen a todo. Y sencillamente revisitar, mirar, leyes que han sido aprobadas previamente, que impiden precisamente el desarrollo económico”, dijo con su acostumbrado tono de voz patriarcal y su estilo suavecito, que precede a su andanada retórica de tretas manipuladoras y que arrancó un aplauso entusiasta de la audiencia. 

Audio Exclusivo de Marea Ecologista © | Johnny Méndez, presidente de la Cámara, se dirige a la Asociación de Constructores durante su convención anual

Luego, el presidente de la Cámara enumeró las gestiones que hace para lograr cambios administrativos y en materia de legislación que adelanten los intereses de lucro de la clase desarrolladora, a costa de la fragmentación y muerte de los ecosistemas, especies y en detrimento a las comunidades humanas, que habitan, o viven cerca y que dependen del Corredor Ecológico del Noreste para su sustento, recreación y salud, “una de las conversaciones que he tenido con el presidente de la Junta de Planificación es precisamente eso que tenemos que mirar ciertas leyes, una de ellas que yo fui promotor de esa medida, que obviamente ha castrado el desarrollo económico de en el noreste de Puerto Rico que fue una medida que apoyé, que respaldé pero que se amplió demasiado evitando precisamente desarrollo económico en par de los municipios que yo represento, y estoy hablando de la gran Reserva del Corredor Ecológico del Noreste”. 

El legislador se refiere la Ley Núm. 8 de 13 de abril de 2013, que designó la Reserva Natural y que en aquel entonces contó con el endoso unánime de todos los miembros de los cuerpos legislativos –incluyendo el propio presidente de la Cámara, como él mismo subraya- y el poder ejecutivo de aquel entonces, tras el apoyo de numerosas entidades gubernamentales, de la sociedad civil, grupos comunitarios, culturales y ecologistas, entre otros. 

“Incluyeron tantos terrenos en esa Reserva que prácticamente ahora si una familia quiere remodelar o construir o hacer un pozo séptico en su casa no lo puede hacer porque sencillamente tiene que ir… (sic) y hay unas limitaciones que impone la Junta de Planificación”, expresa Johnny Méndez, con una visión antropocéntrica (que plantea que las necesidades humanas deben servirse de la explotación de la naturaleza a la que no se le aprecia como un ente vivo, sino como un lugar para saquear) que soslaya toda la evidencia científica acumulada por más de 36 años de parte de agencias como la propia Junta de Planificación, la Agencia Federal de Administración Oceánica y Atmosférica de Estados Unidos (NOAA, por sus siglas en inglés), el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) y el Fideicomiso de Conservación de Puerto Rico, entre otros. 

¿Cuál es el valor ecológico de la Reserva? 

La Reserva consta de unas 3,000 cuerdas de terreno a lo largo de la costa de Luquillo y Fajardo y es la conexión con la costa de la falda del Bosque Tropical Lluvioso El Yunque.   

Entre sus ecosistemas hay comunidades de coral, praderas de yerbas marinas, manglares y ciénagas, incluyendo uno de los pocos remanentes de bosque costero con características similares a los encontrados en Puerto Rico previo a la colonización española.   

En la zona se ha documentado la presencia de sobre 865 especies de flora y fauna, incluyendo 53 identificadas como raras, vulnerables o en peligro de extinción, algunas únicas de Puerto Rico.   

Las playas de la Reserva son una de las más importantes para el anidaje del tinglar, una de las especies de tortugas marinas en peligro de extinción, en la jurisdicción de los EE. UU.  

Toda esta zona, con un altísimo valor ecológico, pasa a un segundo plano según la mentalidad del fundamentalismo lucrativo del presidente de la Cámara y su audiencia, compuesta por funcionarios e inversionistas políticos de la élite de la industria de la construcción.  

“Esas son las cosas que tenemos que mirar -continúa el presidente cameral mientras se desliza a una contradicción argumentativa con relación a lo que manifestaba antes en su discurso-, tenemos que darnos cuenta de que nosotros hemos querido la conservación, pero ni la conservación ni el desarrollo económico son enemigos. Todo lo contrario, pueden convivir, pueden sostenerse mutuamente. Un ejemplo, frizamos terrenos allí (sic) y pudiéndose dar unos desarrollos que redunden en beneficio de desarrollo económico nadie hace nada, nadie quiere construir nada, nadie lo quiere tocar porque sencillamente hay una Reserva constituida que sencillamente congeló cualquier posible desarrollo, aunque sea de bajo impacto para promover precisamente el desarrollo económico”, expresa, mientras soslaya que han sido las propias administraciones gubernamentales, de las que él es y ha sido parte, quienes no tienen una visión de desarrollo económico cónsono y en armonía con los ecosistemas de la Reserva.  

Asimismo, Johnny Méndez omite, quizás por simpatizar con la audiencia a la que sirve y se dirige, el gran impacto económico que han tenido en sus constituyentes y la zona que representa las 16 ediciones del Festival del Tinglar. 

 Este Festival es una actividad científico-cultural de concientización comunitaria, que el año pasado, por ejemplo, contó con el auspicio de más de 15 empresas locales, entre las que se destacan, clínicas de salud médica, colmados, cooperativas, farmacias, restaurantes, imprentas, medios de comunicación de Luquillo, Fajardo y el Noreste de Puerto Rico, incluso municipios que Méndez representa en la Cámara, como Luquillo y Río Grande, la Compañía de Turismo, y marcas de comida y bancos de Puerto Rico.  

¿Acaso estas actividades no son desarrollo económico? Al igual que diversas iniciativas ecoturísticas, como senderismo, ciclismo de montaña, surfing en todas sus variantes, observación de naturaleza, carreras a campo traviesa e iniciativas de restauración de ecosistemas, las cuales muchas de estas ocurren casi a diario en la Reserva.  

“Si en algo estamos claros, es que creo firmemente que el sector privado tiene que dictar la pauta de lo que debe de ser el desarrollo económico. El Gobierno tiene que limitar su radio de acción precisamente para permitir que el sector privado, que es el que genera capital, que es el que desarrollo, porque no es el gobierno. El Gobierno no crea desarrollo económico, si no es solamente la política pública que establece el Gobierno. Pero a la misma vez tenemos que evitar que con la política pública que se establezca, se construyen entonces reglamentos que derroten esa política pública de desarrollo económico. Y en eso estamos siendo bien activos cuando estamos revisando cientos de reglamentos, aun cuando la Gobernadora [Jennifer González] a derogado algunos cuantos. Nosotros desde la Legislatura, la Cámara de Representantes, estamos, y precisamente mañana tengo una reunión con el presidente de esa comisión [legislativa] que creamos especial para revisar todas las leyes anacrónicas y reglamentos que impiden el desarrollo económico, con la licenciada Verónica Ferraioli, que es la persona que designó la Gobernadora para atender ese asunto para mover la rueda y comenzar la acción para lograr derogar todos esos reglamentos que son impedimento para el desarrollo económico y revisar aquellos que sea necesario enmendar con legislación para limitar el radio de acción de unas personas que han sido ingeniosos [no especifica a quienes se refiere] de crear impedimentos al sector de desarrollo económico con pequeñas frases en esos reglamentos [aplausos de la audiencia]. Yo creo firmemente que no solamente tenemos que mirar eso, sino que tenemos que mirar la reforma que prometió nuestro partido político (PNP) que hoy ejercemos la administración”, repitió el presidente de la Cámara, como si estuviera rezándole una letanía neoliberal al afán de lucro, en detrimento del bienestar de la naturaleza y las comunidades -a las que él representa- y la ancestralidad de la Reserva.  

La Reserva: uno de los consensos histórico-sociales más duraderos 

En su momento, la Reserva contó y aún cuenta con un apoyo multisectorial muy particular en la sociedad de Puerto Rico, que formó a su vez un consenso del que participan activamente instituciones gubernamentales locales y federales, como el Servicio Forestal Federal, el Servicio Federal de Pesca y Vida Silvestre, el DRNA y la Junta de Planificación.  

Asociaciones profesionales como la Asociación de Economistas de Puerto Rico, el Colegio de Arquitectos y Arquitectos Paisajistas de Puerto Rico, y la Sociedad Puertorriqueña de Planificación.   

Así como organizaciones como Para La Naturaleza, la Iglesia Evangélica Unida de Puerto Rico, la Diócesis de Fajardo-Humacao de la Iglesia Católica de Puerto Rico, la Coalición Ecuménica e Interreligiosa de Puerto Rico, el U.S. Green Building Council – Capítulo del Caribe y el Centro de Estudios para el Desarrollo Sustentable del Sistema Universitario Ana G. Méndez.  

Asimismo, varias de las organizaciones conservacionistas de mayor renombre en la esfera internacional, tales como el Sierra Club, Surfrider Foundation, National Wildlife Federation, Waterkeeper Alliance, Environmental Defense Fund y el World Wildlife Fund, entre otras. 

Por Marcos Pérez Ramírez

Periodista y editor fundador