(San Juan) – Varias organizaciones ecologistas unidas bajo la consigna “Una sola lucha” se movilizaron hoy frente a las oficinas centrales del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA) para denunciar cómo la tolerancia de esa agencia frente el Plan de Manejo de Vegetación de LUMA 2024, violenta la política pública ordenada por la Ley de Mitigación, Adaptación y Resiliencia al Cambio Climático de Puerto Rico (Ley 33-2019) y pone en alto riesgo a nuestros bienes naturales y ecosistemas.
También exigieron que la secretaria del DRNA, Anaís Rodríguez, se exprese oficialmente sobre la dispensa que solicitó LUMA para eliminar vegetación utilizando glifosato y otros 16 herbicidas, así como para deforestar las servidumbres del sistema de transmisión y distribución, equivalentes a unas 16 mil millas lineales con un ancho entre 10 y 100 pies.
“Lo que propone LUMA en su plan de deforestación, con la anuencia del DRNA y el Negociado de Energía, es un ecocidio. Es un desastre ambiental y humano que tiene el grave potencial de eliminar centenares de miles de árboles, y junto con ellos, su fauna; además nos hará más vulnerables ante los eventos extremos que acompañan al cambio climático” afirmó Hernaliz Vázquez Torres, portavoz del Sierra Club.
Vázquez Torres explicó que “el área descrita por el plan de LUMA deja fuera la extensión de espacios boscosos que tendrán que ser despejados para poder acceder a las servidumbres donde se encuentra la infraestructura eléctrica”.
De acuerdo al análisis del doctor Ariel Lugo, ecólogo y exDirector del Instituto Internacional de Dasonomía Tropical, la tala de árboles de LUMA comprendería unas 2,648 cuerdas, lo cual representa aproximadamente el 20 por ciento de todos los bosques estatales de Puerto Rico.
Por su parte, Juan Camacho, líder de Toabajeños en Defensa del Ambiente declaró que “es inconcebible que la agencia gubernamental encargada de proteger nuestros bienes naturales y medioambientales, así como de hacer cumplir la política pública para atender el Cambio Climático, se doblegue ante un plan tan absurdo y desastroso como el que propone LUMA”.
Además, explicó que, “la deforestación contribuye a degradar los suelos y hacerlos propensos a deslizamientos, y también aumenta el promedio de calentamiento en las temperaturas máximas diarias en unos ocho grados Fahrenheit. Esto serían agravantes ante los eventos atmosféricos y de calor extremo que ya estamos experimentando en nuestro país. Por eso urge que la Secretaria del DRNA asuma su rol ministerial y tome acciones claras y contundentes contra ese plan ecocida”.
Por su parte, Víctor Alvarado Guzmán, coordinador del Comité Diálogo Ambiental de Salinas, sentenció que “el plan de LUMA está en abierta contradicción con la Ley 33 que promueve un plan de reforestación mediante la siembra de 500,000 árboles nativos y endémicos en un periodo de cinco años, sin embargo, tenemos a LUMA diciendo que en tres años va a estar talando más o menos esa misma cantidad de árboles.
Es absurdo”. Alvarado añadió que precisamente en mayo de este año, la Ley de Mitigación, Adaptación y Resiliencia al Cambio Climático de Puerto Rico cumplió 5 años de haberse aprobado y que “aún el DRNA no ha comenzado la gestión de reforestar al país mientras que la Secretaria aparenta estar en abierta disposición de avalar la deforestación que propone LUMA”.
La Ley 33 también establece que es política pública en Puerto Rico garantizar el derecho a un medio ambiente sano y reducir la vulnerabilidad de la población y los ecosistemas de la isla frente a los efectos adversos del Cambio Climático.
En Puerto Rico, así como alrededor del mundo, algunos de esos efectos ya se están experimentando, como por ejemplo, patrones de lluvias y sequías intensas y prolongadas; mayor intensidad y frecuencia de huracanes; y elevación de las temperaturas oceánicas y terrestres. Según los portavoces del colectivo “Una sola lucha”, la administración del DRNA ha fallado en exigirle a LUMA que presente detalles específicos de los impactos ambientales en las áreas que serán alteradas por la deforestación y el uso de herbicidas (algunos de estos cuyo uso no está aprobado en Puerto Rico).
El geógrafo y planificador Javier Biaggi manifestó que no existe transparencia en el plan de deforestación de LUMA. “Ese plan no detalla con precisión cómo, cuándo y dónde se van a efectuar esas actividades de deforestación, ni cuántos apagones podrían ocurrir durante esas actividades de eliminación de la cobertura arbórea. Tampoco detalla el impacto ambiental sobre las especies de polinizadores, ni sobre nuestros suelos, acuíferos, quebradas y ríos. De hecho, ese plan de LUMA fue preparado por abogados de la firma DLA Piper, no por personas con pericia en ecología, dasonomía e hidrología, entre otros campos. Eso de por sí es alarmante”.
Los portavoces del colectivo “Una sola lucha”, también aseguraron que los problemas y disloques que provoca el “plan de deforestación de LUMA” es otra instancia donde se evidencia una nefasta visión de gobierno mediante la cual se delegan poderes correspondientes al Estado, a corporaciones privadas.
Según Vanessa Uriarte, Co-directora de Amigxs del Mar, “como personas que nos ocupamos por el bienestar común, no podemos normalizar, ni dar como buena, una política pública donde la toma de decisiones de asuntos que impactan los bienes comunes, la salud y la vida digna, ocurran con desprecio al análisis y consejo de expertos, y sin participación, coordinación, ni consentimiento de las personas afectadas. La aprobación del Plan de deforestación de LUMA sigue esa nefasta y atropellante lógica, por eso la denunciamos”.
Una sola lucha se organizó hace tres años con el objetivo de unificar esfuerzos en defensa del ambiente, la fauna y la justicia social. Sus principios se centran en la protección del bienestar comunitario y del derecho a una vida digna en armonía con la naturaleza, especialmente frente a la crisis climática.