(Espinar, Aguada)- Personas vecinas de la comunidad Espinar, en Aguada, detuvieron una remoción de terreno, material vegetativo y aplanamiento de duna en la zona marítimo terrestre de este sector del humedal que colinda con el Caño Madre Vieja, preocupados por los efectos que pueda tener la impermeabilización de estos terrenos durante los eventos de lluvias extremas o bravatas, cuyas probabilidades aumentan durante la temporada de huracanes que ya comenzó.
Pasadas las 9:00 de la mañana de ayer, personas vecinas de la comunidad escucharon una máquina excavadora trabajando en uno de los terrenos ubicados entre la zona marítima terrestre de la playa Espinar y el Caño Madre Vieja, parte del estuario del río Culebrinas.
Olga Pérez Vega, lideresa comunitaria del barrio Espinar y vecina del Caño, se movilizó de inmediato a la playa para verificar el estado de un nido de tinglar que hay allí. La maquinaria pesada no lo había impactado. Entonces, decide caminar hacia el área de vegetación junto a otras personas vecinas, quienes se topan con trabajadores desyerbando con machetes y una máquina excavadora que removía terreno, material vegetativo y aplanaba parte de una duna.
“Sí, esto es malísimo. Esto es un crimen. Lo que están haciendo es un crimen ambiental. Sacaron arena en este lado. Sacaron arena allá. En este espacio se sacó arena antes de desyerbarlo como ahora. Quedan tres espacios por allá que están sacando arena. ¿Quiénes son las personas [responsables]? Pues Dios sabrá”, puede escucharse a Vega Pérez reclamar con un tono de indignación y frustración, en el video que la comunidad compartió en su página de la red social Facebook.
Las personas manifestantes se plantaron por un momento frente a la máquina y detuvieron los trabajos, mientras Vega Pérez documentó los efectos de las labores. En un momento confuso, los trabajadores llamaron a la Policía de Puerto Rico, que envió a uno de sus agentes al lugar de los hechos, quien a su llegada amenazó con arrestar a los manifestantes por estar en “propiedad privada”.
Las personas manifestantes le respondieron al agente policial que estaban tratando de detener y denunciar lo que calificaban de “crimen ambiental”, a lo que el policía ripostó que entonces debían radicar una querella ante el Cuerpo de Vigilantes del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).
“Estamos limpiando la basura, tirando to’ pa’ allá. Esto es grama”, dijo por su parte uno de los trabajadores, quienes no se identifican en los videos que ayer la comunidad Espinar compartió para denunciar la situación.
“Es bien triste lo que ha pasado aquí. Solamente los que hemos vivido inundaciones sabemos lo que hay. Miren este desastre y el señor [trabajador] dice que es para que las personas lo usen durante el verano, como si nuestra playa no tuviera millas y millas de espacio para hacer camping. Él [trabajador] dice que la máquina la paga un tal Luis Morales. Y lo más triste es que hay querellas corriendo y a nadie le importa porque Recursos Naturales ahora lo que hace es mucha foto de Facebook y no trabajan en nada más”, denuncia Olga más adelante en el mismo video, en el que se puede escuchar a la máquina excavadora retomando los trabajos.
Marea Ecologista entrevistó a Vega Pérez, quien lo primero que recordó fue que “este suceso no es nuevo”, ya que en otras ocasiones han removido terreno en esos predios. Y que esta vez, “sacaron árboles, aplanaron una duna, movieron arena y material vegetativo”, añadió la lideresa quien también es maestra de profesión.
Ya casi a atardecer, los trabajadores se retiraron y se llevaron la máquina excavadora.
Según una búsqueda y análisis que hicimos en el Portal del Catastro Digital del Centro de Recaudación de Ingresos Municipales, los terrenos en los que ocurrieron los hechos que denunció la comunidad son los identificados con el número de catastro 045-083-197-68, cuyo dueño es José A. Medina Muñiz, y el #045-000-007-01, propiedad de Costa de Marfil, Inc.
Incidente trae malos recuerdos
“USACE (Cuerpo de Ingenieros del Ejército de Estados Unidos, por sus siglas en inglés) no se ha vuelto a comunicar con las comunidades. Por eso cada vez que hay estas situaciones estamos alertas. Desde la mañana estuvimos esperando a los vigilantes [del DRNA] de la unidad marítima de Aguadilla, que no llegaron”, explicó Vega Pérez, sobre la querella (#Q-AGUM-119-24) radicada vía telefónica y atendida por el vigilante Marcomé.
La controversia de USACE con la comunidad de Espinar a la que se refiere Vega Pérez estriba en discrepancia entre las soluciones que proponen los ingenieros de USACE – la construcción de diques y la canalización del estuario del río Culebrinas- versus las soluciones basadas en la naturaleza que por más de dos décadas promueve la comunidad Espinar: la creación Reserva Natural Pantano Espinar y Caño Madre Vieja y un proyecto masivo de reforestación, para que no se afecte la capacidad de absorción del humedal ante eventos de inundaciones tanto costeras como ribereñas.
¿Por qué es importante proteger el Pantano Espinar y el Caño Madre Vieja?
El Caño Madre Vieja ubica en la colindancia de los municipios de Aguada y Aguadilla, en la costa noroeste de Puerto Rico. Es un área de estuario con manglares y humedales que se encuentran en buenas condiciones por no tener fuentes de contaminación conocidas.
El humedal del barrio Espinar y el Caño Madre Vieja se unen en un punto donde predominan los árboles de mangle, especialmente el mangle rojo (Rhizophora mangle) y otras especies de árboles como la emajagüilla (Thespesia populnea) y la emajagua (Hibiscus permabucensis), según detalla la organización comunitaria Reserva Natural Pantano Espinar y Caño Madre Vieja en su portal web.
“Las inundaciones cuando [pasó el huracán] María fueron terribles. Ese terreno del arenero no absorbió agua. Fue terrible para nosotros y los vecinos del sector Victoria. Yo tuve el mar en mi casa. Y las bravatas también cada vez son más fuertes”, explica Vega Pérez, sobre el historial de estos ecosistemas impactados por extractivismo y sobre tesón de las comunidades vecinas que luchan por protegerlos, para que a su vez la naturaleza les brinde seguridad y bienestar.