(Noticias ONU Medioambiente) – La humanidad genera entre 2,100 millones y 2,300 millones de toneladas de residuos sólidos urbanos al año.
Cuando se gestionan de forma inadecuada, gran parte de esos desechos (desde desperdicios alimentarios y plásticos hasta productos electrónicos y textiles) emiten gases de efecto invernadero o sustancias químicas tóxicas.
Esto daña los ecosistemas, inflige enfermedades y amenaza la prosperidad económica, perjudicando de manera desproporcionada a mujeres y jóvenes.
El 30 de marzo, el mundo celebra el Día Internacional de Cero Desechos. La celebración, dirigida por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y el Programa de las Naciones Unidas para los Asentamientos Humanos (ONU-Hábitat), destaca la importancia de una gestión adecuada de los residuos. Asimismo, se centra en las formas de frenar el consumo conspicuo que está alimentando la crisis de los desechos.
“El consumo excesivo nos está matando. La humanidad necesita una intervención”, declaró el secretario general de la ONU, António Guterres. “En este Día de Cero Desechos, comprometámonos a poner fin al ciclo destructivo de los desechos, de una vez por todas”.
Descubra ocho maneras sobre cómo adoptar un enfoque de cero residuos:
1. Luchar contra el desperdicio de alimentos
Alrededor del 19 % de los alimentos a disposición de los consumidores se desperdicia cada año, aunque 783 millones pasan hambre. Entre el 8% y el 10% de las emisiones de gases de efecto invernadero del planeta proceden de la producción de alimentos que acaban desperdiciándose.
Hay muchas maneras de revertir esta tendencia. Las autoridades municipales pueden promover la agricultura urbana y utilizar los residuos alimentarios en la cría de animales, la agricultura, el mantenimiento de zonas verdes y muchos otros usos. También pueden financiar programas de compostaje de residuos alimentarios, separarlos desde su origen y prohibir que caigan en los vertederos de basura.
Mientras tanto, los consumidores pueden comprar sólo lo que necesitan, aceptar frutas y verduras menos apetecibles pero perfectamente comestibles, almacenar los alimentos de forma más inteligente, aprovechar las sobras, compostar los restos de comida en lugar de tirarlos y donar alimentos antes de que se estropeen, algo que facilitan un montón de plataformas informáticas (apps y sitios web).
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