(San Juan)- Un funcionario donante del Partido Nuevo Progresista y la Junta de Planificación certificaron como ‘Proyecto Estratégico’ al mega complejo hotelero comercial y residencial Esencia, a pesar de las preocupaciones que la oficina regional de del Servicio de Pesca y Vida Silvestre de Estados Unidos (USFWS por sus siglas en inglés) les expuso en una carta oficial, en respuesta a una consulta que inició la agencia del gobierno de Puerto Rico.
Esta determinación abre la puerta a que los contratistas del proyecto propuesto, algunos donantes de la campaña de Jennifer González, candidata a la gobernación por el Partido Nuevo Progresista (PNP), soliciten que sus permisos sean tramitados de manera fast track. También constituye un peldaño adicional de beneficios gubernamentales que privilegian a este proyecto, tras la aprobación más de $497 millones en exenciones contributivas y cuatro nuevas exenciones de 90% a 100% al megadesarrollo, según reportó Marea Ecologista.
El Comité Ad Hoc –creado por el Artículo 84 de la Ley 19-20017- para proyectos estratégicos que firmó la certificación en septiembre (solicitud #PE-2024-33-010) lo componen Manuel Cidre, secretario de Desarrollo Económico y Comercio; Julio Lassús Ruiz, presidente de la Junta de Planificación (JP), y el licenciado Omar Vega Albino, oficial designado por La Fortaleza para Proyectos Estratégicos y presidente del Comité.
Según los registros oficiales de donantes de la Oficina del Contralor Electoral (OCE), el licenciado Omar Vega Albino donó $600.00 a dos candidatos del PNP: $300.00 al Comité Pedro Pierluisi el 7 de diciembre del 2023 y $250.00 el 24 de abril del 2024; y $50.00 al Comité de Jamie Barlucea Rodríguez, candidata al senado por el distrito de Ponce de la colectividad novoprogresista.
Aunque en la Certificación de la JP se hace constar que “la determinación del Comité y la Certificación que aquí se incluye no constituye un permiso, endoso, autorización o concesión, ni representación o garantía alguna de obtención de permisos”, la realidad es que la propia Ley 19-2017, estipula que “se agilicen los procesos de otorgación de permisos para todas las actividades, acciones y proyectos, ya sea de empresarios locales como de empresas foráneas”.
“Tal Certificación, obliga a la Oficina de Gerencia de Permisos (OGPe) y a la propia Junta de Planificación, a considerar a Esencia como de ‘interés apremiante para el Estado’, según la Ley 19 de 2017, por lo que las agencias están obligadas a acelerar la consideración de los permisos. Todo esto a pesar de que el Plan de Uso de Terrenos (PUT) clasifica los terrenos donde se propone Esencia como Suelo Rústico Común Especialmente Protegido Ecológico”, dijo José Rivera Santana, planificador ambiental, en unas declaraciones enviadas a nuestra redacción tras una consulta pericial sobre esta controversia que le hizo este portal noticioso.
Preocupaciones de USFWS
Apenas un mes antes de que la JP certificara como proyecto estratégico al megadesarrollo Esencia, la oficial regional de USFWS, Lourdes Mena, respondió vía correo electrónico una consulta que la agencia del gobierno de Puerto Rico le hizo a la dependencia federal vía carta.
“Nos preocupa que el proyecto tenga el potencial de impactar una costa relativamente poco desarrollada, humedales de manglares, salinas, praderas de pastos marinos poco profundos y otros ecosistemas marinos remanentes de hábitats de bosques secos nativos. La zona también está incluida en el Plan de Manejo para el Área de Planificación Especial del Suroeste Sector Boquerón del Departamento de Recursos Naturales y Ambientales de Puerto Rico (DRNA) de 2008”, advierte la carta de USFWS, cuyo análisis valida casi todos los señalamientos esbozados por diversos comités científicos y comunitarios sobre el impacto fatal que el megadesarrollo provocaría en los ecosistemas de la bahía de Boquerón, e incluso en el poblado, su economía y su estilo de vida, íntimamente ligado a la naturaleza que caracteriza la zona.
“Nos parece sumamente irresponsable como el llamado Comité certificó el proyecto Esencia como una ‘estratégico’ pese a los múltiples señalamientos que realizó USFWS. Tal y como hemos denunciado en ocasiones anteriores, la agencia federal cuestionó por qué los desarrolladores clasifican los dos campos de golf propuestos como áreas verdes, cuando los mismos requerirían movimientos de terreno para su construcción, una demanda sustancia de agua y el uso de pesticidas que percolarán hasta llegar a los humedales y aguas subterráneas”, dijo el Comité para la Verdadera Esencia del Suroeste en unas declaraciones escritas que envió a Marea Ecologista.
“El proyecto afirma que el 75% del terreno está compuesto por zonas verdes e incluye en sus cálculos dos campos de golf propuestos. Es importante destacar que, desde el punto de vista de la conservación, los campos de golf no proporcionan los mismos servicios ecosistémicos que el hábitat de bosque seco autóctono al que sustituirán. Además, los campos de golf son terrenos muy urbanizados que se nivelan, ajardinan y modelan, lo que requiere un elevado mantenimiento en lo que respecta al uso de agua y pesticidas/herbicidas”, explica el documento de USFWS.
“De los dibujos conceptuales facilitados parece desprenderse que partes de los campos de golf están situadas a lo largo o dentro de las zonas húmedas existentes. Este uso de los humedales es inadecuado y puede dar lugar a un exceso de escorrentía de aguas pluviales que posiblemente contenga contaminantes y nutrientes directamente en estos, lo que podría afectar negativamente a la vegetación terrestre y a las especies silvestres y, en última instancia, al medio marino”, añade la evaluación de la agencia federal.
Zona rica en biodiversidad en riesgo
Asimismo, USFWS señala que la construcción del megadesarrollo propuesto puede poner en jaque la existencia y continuidad de nueve especies de fauna y flora endémicas y nativas, algunas de ellas en peligro de extinción, como la mariquita, el guabairo, la tortuga carey, el manatí antillano, así como árboles y arbustos nativos y endémicos de zonas de Ponce, Lajas y Cabo Rojo.
“Esta es una de las pocas poblaciones naturales de Cobana negra en Puerto Rico, y debido al reducido número de poblaciones naturales e individuos de la especie, y la poca evidencia de su reclutamiento natural, consideramos esencial la conservación de todas las poblaciones naturales restantes, incluyendo la que se sabe que existe en el área del proyecto propuesto”, aclara el documento enviado por USFWS.
“Recientemente visitamos el área vía marítima y logramos ver una gran cantidad de flora y fauna marina, incluyendo manatíes y careyes. USFWS también señaló preocupaciones muy puntuales sobre cómo el proyecto Esencia impactaría el hábitat de los manatíes, las áreas de anidaje de careyes y distintas especies de plantas y aves en peligro de extinción. La declaración de USFWS valida las preocupaciones que señalaron científicos en la Asamblea de Pueblo, celebrada el 28 de septiembre”, argumentó, por su parte, el Comité por la Verdera Esencia del Suroeste, el cual junto a personas de las comunidades caborrojeñas, otras organizaciones ambientales, culturales y comunitarias se autoconvocaron a una asamblea de pueblo en la biblioteca Rebecca Colberg, en Cabo Rojo, ante el hecho de que el DRNA no ha celebrado vistas públicas relacionadas al deslinde y proceso de permisos del proyecto Esencia.
“Con su acción, la Junta de Planificación traiciona su responsabilidad de velar por el cumplimiento de la política de terrenos expresada en el PUT al certificar como ‘proyecto estratégico’ a este megacomplejo residencial turístico llamado Esencia. Se trata de un proyecto extenso propuesto para construirse en un área ecológicamente sensible y de alto valor natural”, añade Rivera Santana.
“Además de servir como hábitat para múltiples especies incluidas en la lista federal, el paisaje de bosque seco del área propuesta para el proyecto sirve como corredor natural de vida silvestre con otras áreas de conservación en la región (por ejemplo, el Refugio Nacional de Vida Silvestre de Cabo Rojo, el Refugio Nacional de Vida Silvestre Laguna Cartagena, el Refugio de Vida Silvestre Boquerón del Departamento de Recursos Naturales (DRNA) y áreas administradas por la ONG Para La Naturaleza”, especifica otro apartado de la carta de USFWS.