(San Juan) – Las organizaciones ambientales y comunitarias El Puente-Enlace Latino de Acción Climática, CORALations y el Centro para la Diversidad Biológica denunciaron que el acuerdo reciente entre el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE.UU. y la Autoridad de los Puertos de Puerto Rico para comenzar el dragado de la Bahía de San Juan, provocará grandes daños ambientales y sociales.
Este proyecto –que las entidades impugnan en el tribunal de distrito de Washington, D.C.– profundizará y ensanchará los canales de navegación para permitir que enormes buques cisterna de gas natural licuado y de petróleo importen combustibles fósiles extranjeros, lo que causará mayor contaminación atmosférica y daño irreparable a corales, así como a hectáreas de pastos marinos que alimentan a manatíes y tortugas marinas.
“El Cuerpo de Ingenieros no tuvo en cuenta los efectos perjudiciales del enorme proyecto de dragado en las comunidades ya sobrecargadas de la parte suroeste de la bahía de San Juan”, dijo Federico Cintrón Moscoso, director de la organización El Puente-Enlace Latino de Acción Climática. “El proyecto es un terrible desperdicio de fondos federales que mejor se podrían destinar a la inversión en energía renovable distribuida, como la solar en los tejados y su almacenamiento, como se recomienda en múltiples estudios, entre ellos en el Informe de Actualización del Año Uno PR100 del Departamento de Energía de Estados Unidos (DOE) publicado a principios de este mes”, agregó Cintrón Moscoso.
Este proyecto asegura la dependencia en las importaciones extranjeras de petróleo y gas en un momento en que Puerto Rico se ha comprometido hacia la transición de un 100% de energía renovable. El Cuerpo de Ingenieros del Ejército completó la evaluación ambiental del proyecto de forma acelerada en el 2018, poco después de que los huracanes Irma y María causaran graves interrupciones en los servicios de electricidad, agua, comunicaciones, así como en los suministros de alimentos.
Los huracanes demostraron la vulnerabilidad de un sistema de generación de energía dependiente de combustibles fósiles importados, y las decisiones apresuradas posteriores, perjudicaron la capacidad de los ciudadanos para participar en las decisiones energéticas.
“La decisión del Cuerpo de Ingenieros de impulsar este proyecto de dragado es una enorme decepción. La agencia hace caso omiso de la oposición local y del claro peligro que suponen los enormes petroleros y buques metaneros que se desplazan por la zona”, declaró Catherine Kilduff, abogada del Centro para la Diversidad Biológica.
“El proyecto de dragado y los combustibles fósiles que traerán estos petroleros contaminarán los barrios, matarán los corales y dañarán el clima”, alertó.
La demanda pendiente a nivel federal cuestiona el hecho de que el Cuerpo de Ingenieros del Ejército de los EE.UU. no haya tenido en cuenta la justicia ambiental en cuanto a las repercusiones del proyecto en las comunidades cercanas a las terminales petrolíferas. Estas comunidades sufrirán una carga desproporcionada de contaminantes atmosféricos.
El dragado de la bahía de San Juan –que será 24 horas al día, siete días a la semana durante 14 meses– retirará 2.2 millones de yardas cúbicas de fondo marino y las verterá en el océano. El proyecto dañará hectáreas de pastos marinos que alimentan a manatíes y tortugas marinas, y esta pérdida de hábitat no se mitigará. El Cuerpo de Ingenieros tampoco incorporó las lecciones aprendidas del dragado realizado frente a Miami entre 2013 y 2015, que probablemente mató a más de medio millón de corales. La demanda pretende anular la revisión ambiental del proyecto de Puerto Rico y devolverlo para su revisión.
En octubre de 2022, la Junta de Planificación de Puerto Rico se opuso formalmente al plan del gobierno federal de eliminar los residuos del dragado en cinco zonas oceánicas de Puerto Rico sin realizar más estudios medioambientales. La Junta no consideró que el plan de eliminación de desechos de dragado fuera suficiente para evitar daños a los arrecifes de coral, que desempeñan un papel en la preservación de la pesca y la protección de las comunidades y las infraestructuras frente a fuertes tormentas.