(Carolina, 17 de octubre)– La Reserva Marina Arrecife de la Isla Verde celebró su décimo aniversario con una siembra restaurativa de diez árboles nativos que fortalecerán la retención de arena en las dunas sembradas por la comunidad y otras áreas de esta reserva marina, comanejada entre la comunidad y el Departamento de Recursos Naturales y Ambientales (DRNA).
A partir de las ocho de la mañana, unas diez personas voluntarias participaron de las actividades de mantenimiento de dunas y siembra de árboles nativos. Ayudaron a limpiar las dunas de la especie introducida, repollo de playa (Scaevola taccada) y sembraron 5 árboles de mangle negro, un mangle botón, dos San Bartolomé y dos gitarán.
Asimismo, las personas voluntarias le dieron mantenimiento a las uvas playeras que rodean los letreros informativos de la reserva y el entorno circundante al kiosko sede en la calle Dalia, urbanización Biascochea, en Carolina, mientras aprendían sobre los ecosistemas costeros y las especies que hay en el lugar.
Los árboles de mangle sembrados ayudarán a la retención de la arena de las cuatro dunas que fueron sembradas por la comunidad hace cinco años. Las dunas creadas luego del paso del huracán María ya han resistido eventos de marejadas, así como el paso del huracán Fiona.
“La conservación y protección de nuestros recursos naturales es responsabilidad ciudadana ante la falta de acción gubernamental. Agradecemos a todas las personas voluntarias que nos ayudaron en estas actividades restaurativas con las que conmemoramos el décimo aniversario de la Reserva Marina Arrecife de la Isla Verde”, dijo Paco López Mújica, representante de la comunidad en la junta de manejo de la reserva y presidente de la organización no gubernamental Arrecifes ProCiudad, Inc., entidad que inició los esfuerzos de conservación de esta reserva.
En las dunas de la reserva puede encontrarse vegetación nativa característica de este ecosistema costero: grama salada, mangle negro, rojo, blanco y botón, uva playera, dolonea, lirio de playa, verdolaga, suriana (traída desde Isla de Mona).
Las dunas sembradas por la comunidad propiciaron las condiciones para que florezca la biodiversidad, hogar de cangrejos fantasmas, lagartijos e iguana azul nativa, lugar de alimentación para aves nativas, costeras y migratorias y punto de polinización de abejas y abejorros, entre otros.
Además de las dunas sembradas por la comunidad, en las playas de la Reserva (área del Balneario de Carolina, Pine Grove, Playita) hay varias dunas que han crecido en gran tamaño, algunas superan los 20 pies, también hogar de las especies que viven en el lugar y que a su vez sirven de barrera de protección a la comunidad, sus residentes y sus propiedades.
La Reserva Marina Arrecife de la Isla Verde cuenta con ecosistemas de carbono azul, como praderas de hierbas marinas y el propio arrecife. El carbono azul se refiere al carbono secuestrado, almacenado y liberado por los ecosistemas costeros y marinos.
Los ecosistemas costeros de carbono azul (p. Ej., manglares y pastos marinos) desempeñan un papel fundamental en el secuestro y almacenamiento a largo plazo de carbono, ayudando así a reducir los impactos del cambio climático, según informa el Reef Resilience Network, una asociación liderada por The Nature Conservancy compuesta por más de 3,700 miembros activos.
En la Reserva hay varias especies de tortugas marinas, carey (Eretmochelys imbriocota), peje blanco (Chelonia mydas) y hacia el lado este anidan tinglares (Dermochelys coriácea) todos los años. Las tres especies clasificadas en peligro de extinción.
También se ha documentado la presencia de manatíes que vienen a alimentarse de las hierbas marinas, así como al menos siete especies de aves marinas, una decena de especies de invertebrados, dos especies de coral y más de una veintena de especies de peces.
“La Reserva Marina está ubicada frente a la Punta del Medio, lugar que divide las dos playas de Isla Verde. La referencia en la orilla es desde la playa del Hotel San Juan hasta el área del Bosque Costero del Balneario de Carolina. Forma un rectángulo trapezoidal de aproximadamente 2.39 millas y una superficie de 220 cuerdas,” explica Paco López Mújica.
La Reserva nació el 26 de septiembre de 2012 con la firma de la Ley 274. Esta es la primera reserva marina urbana de Puerto Rico, un logro para la comunidad, el sector gubernamental y la academia que colaboran para su manejo.