(Servicio Forestal de EE.UU.) – Ecologistas y colaboradores del Servicio Forestal de EE.UU. han publicado en la revista Science Advances nuevos hallazgos sobre cómo los manglares plantados pueden almacenar hasta un 70% del carbono almacenado en masas intactas después de sólo 20 años.
Los investigadores saben desde hace tiempo que los manglares son superestrellas de la absorción y el almacenamiento de carbono. Pero hasta ahora, la información sobre el tiempo necesario para que el carbono almacenado en los manglares plantados alcance los niveles de los manglares intactos era limitada.
“Hace unos 10 años, Sahadev Sharma, entonces en el Instituto de Silvicultura de las Islas del Pacífico, y yo descubrimos que las plantaciones de manglares de 20 años en Camboya tenían reservas de carbono comparables a las de los bosques intactos”, declaró Rich MacKenzie, también en el Instituto de Silvicultura de las Islas del Pacífico.
MacKenzie y Sharma reunieron a un equipo de investigadores de manglares de todo el mundo para que aportaran sus conocimientos. Dirigido por Carine Bourgeois, de la oficina de Programas Internacionales del Servicio Forestal, el equipo utilizó modelos logísticos compilados a partir de 40 años de datos y construidos a partir de casi 700 poblaciones de manglares plantados en todo el mundo para medir las reservas de carbono.
Descubrieron que, al cabo de 20 años, las reservas de carbono de los árboles alcanzaban entre el 71 y el 73% de las de las poblaciones intactas.
Los resultados de esta investigación podrían repercutir positivamente en los esfuerzos por restaurar los manglares en todo el mundo. Además de las pérdidas históricas, el cambio de uso de la tierra provocado por el hombre, los fenómenos meteorológicos extremos y la erosión del suelo han contribuido a la degradación de los manglares.
“A medida que nuestro conjunto de datos crezca y se disponga de más datos, esperamos que los investigadores y las partes interesadas adquieran nuevos conocimientos sobre la planificación y las técnicas de restauración de los manglares”, declaró Sharma.
Parte de ese trabajo de investigación también implica el seguimiento de los manglares para ver cómo les va.
“El seguimiento periódico y regular de los manglares puede proporcionar datos útiles sobre la supervivencia y el éxito de los esfuerzos de restauración, y puede ayudar a diseñar estrategias de gestión adaptativas cuando y como sea necesario”, declaró Rupesh Bhomia, del Centro de Investigación Forestal Internacional y Agroforestal Mundial (CIFOR-ICRAF).
En todo el mundo se reconoce cada vez más la importancia de conservar y restaurar los manglares. Estos árboles no sólo son centrales de almacenamiento de carbono, sino también guardianes costeros que actúan como barreras durante tsunamis y mareas de tempestad. Los manglares también son hábitat de diversas especies y criaderos de muchos animales acuáticos.
Pero MacKenzie advierte que las plantaciones de manglares no siempre son una solución para restaurar los árboles.
“Las plantaciones de manglares correctamente planificadas y ejecutadas son más eficaces para restaurar las reservas de carbono que las poblaciones degradadas. Sin embargo, esto no significa que las plantaciones de manglares sean siempre el mejor método de restauración”, declaró MacKenzie.
La plantación de manglares no sustituye ni compensa la conservación de las poblaciones intactas, subrayaron los investigadores.
“Nuestros modelos indican que la replantación en todas las zonas de manglares altamente restaurables absorbería menos del 1% de las emisiones mundiales anuales en 20 años. Por eso es primordial conservar los manglares existentes”, subrayó Bourgeois.
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